
Cuando termino el entierro me despedí de todos los que pude, soy del criterio de que un buen caballero es caballero siempre y con la gente que fue cortes le tengo que devolver la misma cortesía. Cuando me marche intente seguir a Marcela, no tan de cerca para que no se diera cuenta ni tampoco tan de lejos para no perderla de vista. Después de un buen rato de seguirla, me sentí un poco cansado y me tire a dormir un rato. Hoy me di cuenta que Rocinante estaba volviendo a recuperarse al 100%. Apenas vio unas yeguas que para mi gusto ya estaban un poco pasadas de edad, aunque Rocinante no estaba muy joven que digamos. Apenas capto con su vista esas yeguas salió detrás de ellas. Las personas que iban en las yeguas empezaron a golpear a Rocinante, eso me enojo mucho y fue a ayudarlo como un amigo fiel. Eran muchos y Sacho y yo terminamos muy golpeados, pero por lo menos intentamos ayudarlo. Luego de recuperarme de la golpiza llegue a la conclusión de que había perdido porque lucho contra personas que no eran caballeros, y un hombre como yo solo estaba entrenado para luchar contra caballeros. Por esa razón le dije a Sancho que fuera a pelear por la única razón de que él no era caballero como yo, entonces debía ir a pelear y proteger a Rocinante. Pero como de costumbre se negó, y estaba vez puso la excusa que era un hombre muy pacifico y que no le gustaba pelear. Teníamos que buscar un lugar para pasar la noche, ya estaba haciendo un poco de frio y teníamos mucho sueño. Como por arte de magia vi un castillo que me pareció perfecto para pasar la noche. Sancho llevándome la contraria me dijo que era una venta, y esta vez no soporte más sus burlas y discutí hasta lograr convencerlo.
Antonio, no quisiera perderme lo que sigue, ¡adelante!, este caballero es audaz, gentil, valiente y reflexivo como ningún otro.
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