
Hoy vi algo que me pareció muy extraño. Cuando desperté en la mañana, el hambre me estaba matando para variar. Pensé que era mi imaginación pero me llego un olor muy peculiar a cabra. Eso olía delicioso, no puedo describir el olor pero lo único que si puedo explicar es que se me abrió el apetito al máximo. Seguí el olor hasta que me tope con unos cabreros. Esa cabra al fuego se veía deliciosa, no pude hablar porque tenía la boca abierta y por poco se me salen las babas. La boca se me hacia agua, y en ese instante que ya me iba a lanzar a comer un poco nos ofrecieron a Sancho y a mí un poco de su comida. Para mi sorpresa Sancho se negó, en ese instante sentí un escalofrió y tenía ganas de darle una paliza como la que me dieron los gigantes a mí. Inmediatamente le ordene que se sentara y comiera, primero por respeto hacia esos pastores y segundo porque no me resistía a no comer de esa exquisitez. Disfrute esa comida como nunca, comí hasta no poder más. Al instante de estar comiendo se me vino un pensamiento, un poco melancólico, recordé cuando los hombres vivían en mayor armonía y se entendían más unos a otros. Antes todo era mejor, ahora ha cambiado mucho en el sentido de tranquilidad y harmonía entre los hombres. Hoy paso algo muy peculiar y gracioso, justo cuando estábamos comiendo tranquilos y disfrutando de esa comida apareció un hombre extraño. Después comprendía que era un amigo de los pastores. Estaba recitando un extraño romance. No se le entendía muy bien pero gracias a mi cultura logre comprender lo que estaba diciendo. Me volvió el intenso dolor en la oreja, cuando el cabrero se percato me ofreció curármela. Me daba un poco de miedo al principio pero luego confié en ese hombre que se veía muy honesto. Saco unas extrañas hojas, según el curativas y me las paso por toda la oreja, dolía un poco pero prefería aguantar el dolor por un instante, que aguantarlo por toda mi vida .Cuando termino sentí que Dios me había remplazado la oreja, me quedo perfecta, escuchaba mejor que nunca, me quedo como un sexto sentido. Se hizo de noche teníamos nuestras panzas llenas y nos fuimos a dormir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario