lunes, 19 de abril de 2010

Capitulo 13


Al día siguiente algo me decía que debía ir a ese entierro, tuve un presentimiento que me convenía asistir a él. Mi mentalidad como caballero era que no me importaba si la gente me veía como un desconocido, porque cuando se dieran cuenta de mis logros y victorias estarían honrados de haberme visto. En el camino del entierro converse todo el rato con los pastores. Debo decir que en un momento estaba cansado de tantas preguntas, me sentí acosado. Pero supe que querían saber más de mí seguramente por mi buena impresión. Llevaba puesta mi mejor armadura, ya acostumbrado a su elevado peso. Seguramente los impresione por eso me preguntaron qué ¿porque la llevaba puesta en una tierra tan tranquila? Desde un principio sabía que era tranquila, pero para ser cortes como ellos fueron corteses conmigo al contarme le historia de Marcela, le conté toda mi historia. Les explique que era un caballero y que en lugar de ofrecerle las victorias a Dios se las ofrecía a mi preciosa amada. Les explique que también todos los caballeros como yo teníamos que tener una mujer a quien dedicarle nuestras victorias. Les respondí todas las respuestas que estaban a mi alcance. Seguramente pensaron que estaba loco, pero eso no me afecta en lo más mínimo porque sé que soy un caballero de verdad y estoy completamente convencido de ello. Después de un rato llegamos al entierro, no cavia ni un solo pastor más, aquello estaba lleno de pastores. Entre todos logre ver a Crisónomo, el pastor que había muerto a causa de Marcela. Tenía algunos papeles en su baúl y unos de los pastores agarro en donde había escrito sus últimos versos. Tenía ganas de leerlo, aunque ya sabía la causa de su muerto quería investigar más a fondo, y leer todo lo que había en esos papeles, pero no hubiera sido apropiado leer algo de alguien que no conozco.

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