miércoles, 14 de abril de 2010

Capitulo 1


Mi nombre es Alonso Quijana. Algo que me fascina es despertarme a temprana hora, pienso que de esa forma el día me va a rendir mucho más de lo que me puede rendir si me levanto más tarde. Aunque sé que no me queda mucho por vivir. Ya voy a cumplir mis 52 años, pero me siento en perfecto estado. Me cuido mucho a la hora de comer por eso soy de contextura delgada, me siento cómodo siendo así. Lo que me mantiene vivo en este momento es mi afición por salir a cazar y leer mis libro de caballeros. No soy tan rico como todos piensan, al contrario me considero un hombre sencillo hasta puedo decir que bastante humilde. Mi gran pasión es leer, amo la lectura y por cierto soy un poco adicto a ella. En algunas ocasiones no puedo parar de leer y me obsesiono tanto que no duermo algunas noches por el hecho de querer terminar el libro. Por supuesto no puedo dejar pasar que este efecto solo me sucede cuando leo un libro de Feliciano de Silva. Hay algo en estos libros que me vuelven loco por la lectura, no sé si es que llevan mi imaginación al infinito o más bien tocan mi corazón y mis emociones. Es algo que me cuesta explicar, simplemente me encantan y me hacen un hombre muy feliz. Tengo una idea en mi cabeza que no he logrado olvidarla, quiero ser un caballero, un verdadero caballero. Que me recuerden como un aventurero que ayudo al que lo necesitaba, que levanto al caído y que animo al deprimido. Hoy encontré unas armas muy viejas que mis bisabuelos me heredaron, por cierto las limpie, las pulí y les saque el mejor brillo que pude. Estas pobres ocupan un poco de uso, por eso decidí ponerlas en función. Tome esta decisión porque soy un hombre viejo, claro que en buena forma todavía pero ya sin ninguna obligación. Es tanta mi afición por los caballeros que quiero ser uno de ellos, sentir lo que ellos sienten y hacer los que ellos hacen. Si logro volver de mi aventura con vida significa que contare mis hazañas a niños y hasta hare mi propio libro. Primero tengo que cumplir unos requisitos que si no olvido leí en un libro fabuloso de Feliciano de Silva, debo tener un nombre digno de un caballero. A partir de hoy me llamare “Don Quijote de la Mancha”, aunque lo vi en Amadís de Gaula me gusta mucho y no lo cambiare por nada. También debo ponerle un nombre a mi caballo, por cierto es un caballo muy fino y le tengo mucho aprecio. Se llamara “Rocinante” en este momento no se encuentra en un buen momento, pero cuando sepa que lleva sobre sus lomos a un caballero se pondrá bien en un abrir y cerrar de ojos. Y todas mis hazañas y triunfos se los dedicare a la mujer de mi vida, a la que me mantiene con respiración su nombre es Aldonza Lorenzo pero a partir de este día tan especial se llamara “Dulcinea del Toboso”.

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