lunes, 3 de mayo de 2010

Capitulo 16


Cuando ya estábamos en la venta estábamos muy cansados, tenía un fuerte dolor en mi espalda, seguramente de tanto cabalgar. Lo único que quería en ese momento era comer y una cama para poder descansar y de esa forma se me quitara el fuerte dolor de espalda. Nos atendió una mujer que nos enseño la cama a Sacho y a mí. Ni les quiero contar como era la cama, porque no tiene palabra, era terrible, mal construía, dura y para peores con un gran desnivel. A mi pobre amigo le toco una peor, no le pregunte, pero supongo que la espalda le quedo peor que la mía. Una vez que nos fuimos a dormir había otra persona en mi habitación, no tengo la menor idea de quien se trataba. Pero lo que si me gusto fue que justo cuando le iba a preguntar que quien era entro una mujer increíblemente hermosa. El cuarto estaba a oscuras pero esa mujer me cautivo, su forma de vestir, su perfume de manzanilla con una pisca de anís. Me recordó a mi bella Dulcinea, inmediatamente me dirigí a ella a decirle palabras hermosas, tarde un poco en recordar esas hermosas palabras porque hace tiempos que no las utilizaba. Después de un rato de estar alabando a esa hermosa mujer el hombre se acerco y me dio golpes en la espalda. La mala calidad de la cama hizo que esta de rompiera en mil pedazos, provoco un ruido inmenso que despertó al ventero. La hermosa mujer se escondió en la cama de Sancho y el retrasado de mi amigo le empezó a pegar, en vez de aprovechar la oportunidad de tenerla a sus pies. Y por supuesto por haberle pegado provoco que el hombre y el ventero le dieran una paliza. Sentía sangre cayendo sobre mi espalda, estaba fría y me produjo un escalofrió en todo mi cuerpo, por dicha no me dolía en ese momento y gracias a mi pararon de golpear a Sancho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario