
Después de la lucha con ese vizcaíno tome la decisión junto con Sancho de reanudar el camino. El pobre Sacho pensaba que después de esa batalla yo había ganado algo, lo único que le dije en ese momento fue que era un ¡Ignorante! Porque ese vizcaíno no era un hombre del cual se pudiera obtener ganancia. No luche por dinero si no para ganarme mí respeto ante Sancho y para que ese vizcaíno aprendiera la lección. El pobre gordito me volvió a preguntar pero ahora sobre la isla que le prometí. Al igual que yo que no podía dejar de pensar en los libros de caballería, el pobre Sancho no podía parar de pensar en esa isla que le prometí. Si yo hubiera sido un hombre tan pobre como él, claro que no hubiera podido dejar de pensar en ella, y todavía más porque era una de las mejores islas para mi gusto. Era de gran tamaño y única en el mundo. Me empezó a doler mucho la oreja no sé si estaba sanando o si estaba empezando a infectarse, por dicha Sancho había aprendido un poco sobre medicina, bueno medicina es una palabra muy extensa mejor digo sobre enfermería. Durante el camino me curo la oreja, era un poco concho para curar pero lo hacía de buena forma. Lastimosamente no tenía un bálsamo que me recupera inmediatamente, por eso tuve que recurrir a las habilidades curativas de Sancho. Ese bálsamo es maravilloso, con solo un sorbo te quita cualquier malestar, y a mí siempre me ha funcionado a la perfección. Se no hacia tarde y no teníamos donde dormir la única opción era la iglesia, pero lastimosamente tuvimos que descartar esa opción por mi ataque hacia los monjes. Seguramente si nos hubiéramos acercado a esa iglesia nos hubiera sacado a punta de patadas. Me agarro muchísima hambre, no podía faltar el abotagado de Sancho y su comida, saco una cebolla que se veía exquisita a la vista de mis ojos, un pan tan fresco que parecía recién sacado del horno y un queso que para mi gusto tenía unos 15 años de estar guardado y eso lo hacia un queso fino. Al terminar de comer teníamos la panza llena y el corazón contento, solo nos faltaba un lugar para dormir. No encontramos ningún lugar para pasar la noche entonces decidimos dormir al aire libre, tuvimos la suerte que la noche estaba tibia y no pasamos fríos.
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