
Hoy ayudamos a un hombre loco que vivía en Sierra Morena llamado Cardenio. Por haberle ayudado, el nos dio a cambio, una de sus largas historias. Primero que todo nos contó que el pertenecía a una familia muy bien acomodada. Al igual que yo, estaba enamorado de una hermosa dama llamada Luscinda, esta también era hija de una familia muy rica. Cálculo que duro unos 10 minutos solo describiendo a esa mujer, que para ser honesto nunca en mi vida la había escuchado. Que tenía el pelo lacio que caía sobre su espalda casi tocando sus nalgas, un cuerpo de perfecta forma, ojos que eran como dos metrallas apuntándote, y una sonrisa que según él decía que hechizaba. Nos digo también que ya tenía el consentimiento del padre de Lucida para poder casarse con ella, pero el padre le dio la orden de irse a la casa del Duque Don Ricardo. Esto no afecto en lo más mínimo a Cardenio porque tenía una gran amistad con el hijo del Duque Don Ricardo. Se conocían de hace tiempo y por ello tenia mucha confianza con él. Para ser muy honesto me estaba durmiendo oyendo esa larga historia que estaba narrando Cardenio. Pero después me levante de inmediato apenas oí el nombre de “Amadis de Gaula.” Le pregunto que tenía que ver el libro con la historia que estaba contando y él me dijo que la amada le pido que le enviara el Amadis de Gaula. Ese nombre me inspiro y me quito el sueño en un abrir y cerrar de ojos. Empecé a contarle historias sobre de ese espectacular libro y de otros por supuesto. La conversión continúo hasta que Cardenio comenzó a hablar de la reina Madasima. Con solo oír esa pequeña frase que dijo, supe que estaba loco y era un gran mentiroso. Creo que Cardenio se dio cuenta de la actitud que tome hacia él y me tiro un guijarro que estaba cerca de donde él se ubicaba. Después Sancho y Cardenio sufrieron exactamente el mismo ataque que yo sufrí.
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