
Estábamos durmiendo, tuve pesadillas, seguramente porque no se me había ido la cólera que tenia contra esos presos que nos robaron. Justo cuando estábamos durmiendo le robaron el asno a Sancho. Por dicha no robaron a Rocinante, estoy seguro que los presos no eran capaces de hacerme eso a mí, por una única razón, que soy un caballero y los caballeros se respetan. Sancho estaba muy triste porque había perdido a su asno. Para que estuviera tranquilo le dije que le iba a comprar cinco asnos. Entramos a una agosta sierra en busca de aventuras. Después de la mala suerte de Sancho nos encontramos una maleta, tenía un libro y una bolsa con un montoncito de escudos de oro. Leí unas cuantas páginas de ese libro y me pareció muy interesante, también me interese por el dueño de ese libro. Fuimos a buscarlo a la angosta sierra. Después de un rato encontramos a un cabrero que nos conto todo lo que sabía sobre ese misterioso personaje. Nos dijo que era un hombre que era loco por momentos, pero a veces estaba normal y cortes y en otras se comportaba brutal y loco. El y unos amigos lo habían llevado a la villa de Almodóvar para que lo curaran y también para que el cabrero y Don Quijote se pudiesen informar de quién era ese misterioso hombre. Porque siempre me intereso de la gente misteriosa, y no pensaba descansar hasta conocer a ese hombre que decían que a ratos era loco y en otros momentos cortes. Hice una buena conexión con ese cabrero, me pareció un hombre muy amable y me di cuenta que quería ayudarme.
Pero bueno, como que vas para la segunda premiación!!!
ResponderEliminar