domingo, 23 de mayo de 2010

Capitulo 21


Hoy mi compañero Sancho y yo salimos en busca de nuevas aventuras, como siempre acostumbramos a hacer. Por ser un caballero me veo en la responsabilidad de buscar aventuras o ayudar al que necesita de mí. Eso fue exactamente lo que hice, fue en busca del yelmo de Mambrino. El cual lo logre ver, lo llevaba un caballero que iba montado en un caballo hermoso. Me le lance sin pensarlo dos veces, y le arrebate al “yelmo de Mambrino”. Creo que en esta aventura me fallo un poco la vista porque era un objeto que utilizaban los barberos en ese tiempo. Después de esa aventura, empecé a pensar de inmediato cual iba a ser mi futuro como caballero. De algo estaba claro, que si llegaba a ser un caballero muy famoso iba a lograr casarme con la hija de un rey, y seria yo el que heredaría su reino, hasta llegaría a casar a Sancho con la mejor doncella que la hija del rey tuviera, eso si nunca iba a ser más hermosa que la mía, porque un verdadero caballero debe tener siempre lo mejor. Vi los ojos de Sancho un poco llorosos, seguramente de la emoción cuando oía de mi boca esas palabras, ese pobre hombre siempre soñó con conseguir una dama de respeto y muy hermosa por supuesto. La conversación duro un buen rato, hasta que se nos acabaron las ideas. Algo estaba muy claro entre mi compañero y yo, íbamos a obtener una buena recompensa al gran esfuerzo que estábamos haciendo. Porque abandonar el hogar por aventuras, y aventuras que uno nunca se va a esperar no es nada fácil para un caballero, tuve que abandonar todo lo que tenia, pero mi recompensa iba a ser encontrarme con Dulcinea y ser un rey muy famoso y con fama de valiente al lado de mi noble principal Sancho. Llegamos al acuerdo de trabajar muy fuerte para lograr conseguir la fama que queríamos para llegar a los puestos que anhelábamos.

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