
Entramos a media noche al Toboso. Todo está totalmente oscuro. No me daba miedo, pero si sentía escalofríos. La noche estaba fría. Todos estaban dormidos en el palacio de Dulcinea. Pero como buen caballero y escudero, ahí estábamos despiertos Sancho y yo. Nos costó encontrarlo, debido a que no había ni una sola luz encendida. No tenia con que alumbrar, y mi memoria me fallaba en la ubicación del palacio. Tenía que estar por ahí cerca pero no apareció. Llegamos a la conclusión que ninguno de los dos la conocíamos en persona. Yo estaba enamorado de ella por mi fama y Sancho la conocía por comentarios escuchados. Sancho me hizo esperar, mientras él iba en busca de mi hermosa Dulcinea. Y así lo hice espere a que él fuera en busca de ella. Lo que Sancho tenía que hacer era ir a decirle que yo la estaba esperando afuera. No quiero imaginarme la cara de felicidad de Dulcinea cuando Sancho le diga esas palabras, cualquier mujer se enloquecería de amor si le dicen que su amado está afuera esperándola.
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