lunes, 15 de noviembre de 2010

Capitulo 11


Cuando íbamos de camino a Zaragoza, se nos cruzo una carreta. Pero no una carreta normal, como esas que están decoradas muy hermosas, o con mujeres preciosos dentro de ella. Pues no, esta era una carreta horrible. Tenía monstros a dentro. Me asuste mucho al principio, pero luego nos dijeron que eran unos hombres que hacían obras de teatro. No me gustan mucho los personajes de la muerte por cierto. Después del susto con los hombres con sus mascaras de la muerte, apareció un hombre muy extraño que tenía un palo, este golpeo el suelo con el palo y Rocinante se asusto mucho. No estaba preparado y cuando Rocinante se asusto me caí del lomo de mi hermoso caballo. Cuando me levante, me levante sumamente enojado. Sabía que los actores tenían algo que ver con eso que me hicieron. Y estaba dispuesto a pegarles. Sancho fue el que me detuvo, si no hubiera sido por Sancho, no sé que les hubiera pasado a esos estúpidos actores. No soy un caballero que me gusta la venganza, pero tengo un pensamiento que siempre me va a caracterizar. El que me busca me encuentra, y así le ha pasado a muchos de los monstros, que creen que pueden burlarse de mí. Pero cuando se dan cuenta que yo no era un hombre que aguanta bromas pesadas, es demasiado tarde para escapar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario