
Tengo que admitirlo. Tenía bastante miedo de perder la batalla. Perder la batalla hubiera significado hacer lo que el Caballero del Bosque me ordenara. Perdería todo el respeto que había obtenido todo este tiempo. O tal vez nunca más volvería a vivir una hermosa aventura como las que vivo casi todos los días. No estoy seguro, pero pensándolo bien creo que me hubiera suicidado. No podría vivir sin ser caballero. Hubiera sido el pato de la fiesta. Todos hablarían mal de mí. Pero ahora nadie puede decir absolutamente nada malo de mi persona. No sé si seré el máximo, pero soy uno de los caballeros más respetados en este momento. No voy a permitir que se me suban los humos a la cabeza, pero los privilegios vendrán a montones en poco tiempo, de eso estoy seguro.
Antonio, he leído con gran placer todo tu trabajo de este año. Qué estilo tan fluido y hermoso tenés. Se nota tu gusto por escribir, tu reflexión personal, la forma íntima de comprender a este caballero tan peculiar, heroico y humano. Te felicito de todo corazón, y me alegro que hayás descubierto este secreto tuyo de ser un escritor capaz de captar la atención del lector, debido al setimiento que transmiten tus palabras. No quisiera dejar de leerte,pero bueno, será hasta el próximo año. No dudo que será, incluso mejor que lo leído hasta ahora.
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