
Paramos en medio del bosque. Se sentía la humedad que este desprendía. Le propuse pagarle a Sancho si este se azotaba y por fin accedió. Luego me pidió que le pagara más dinero y no me quedo de otra que aceptar su propuesta. Sancho se estaba dando de una forma muy violenta, sus gritos expresaban su dolor y mi corazón no aguanto verlos más sufrir, por eso le dije que se detuviera de inmediato.
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