viernes, 28 de octubre de 2011

Capitulo 74


Un medico llego a visitarme y revisar mi estado de salud. Me pidió que me confesara para sí estar libre de cualquier pecado. Escuche la mala noticia de que me quedaban pocos días de vida. Fue como si una lanza atravesara mi pecho. Sentí frio y temor algo que los caballeros como yo no suelen sentir muy a menudo. Volví a mi cordura, critique fuertemente el libro de Avellaneda. Lo último que recuerdo haber dicho fue unas palabras a mi sobrina. “Por favor no te cases con un hombre que conozca las novelas de Caballería, ya que estas te llevaran a la locura.”

Capitulo 73


Todos parecían muy felices de vernos con vida y en la aldea de nuevo. Yo volví a mi casa, al igual que lo hizo Sancho a diferencia que este iba con mucho dinero, el cual tenía pensado dárselo a su mujer. Conté a mis amigos sobre mi idea de hacerme pastor durante el año que no podría ser caballero. Pedí su compañía en esta vuelva aventura. Todos aceptaron mi propuesto lo cual me hizo muy feliz porque iba a contar con su apoyo.

Capitulo 72


Nos encontramos con un personaje del libro mentiroso. No puedo expresar el odio que le tengo a ese libro, soy un amante de los libros pero no soporto los libros que mienten, me dan asco. Le pedí con todo respeto a ese hombre que declarara que todo lo que ese libro decía era mentira. Lo que le estaba pidiendo que hiciera no era algo incorrecto, era lo que cualquier persona coherente haría. A la distancia vimos la aldea, Sancho se arrodillo en señal de felicidad por haber llegado sanos y salvos. Nuestra misión se había cumplido. Sentía cada vez más cerca el fin de nuestras aventuras. Pero tenía que disfrutar y vivir al máximo esta que podría ser la última.

Capitulo 71


Paramos en medio del bosque. Se sentía la humedad que este desprendía. Le propuse pagarle a Sancho si este se azotaba y por fin accedió. Luego me pidió que le pagara más dinero y no me quedo de otra que aceptar su propuesta. Sancho se estaba dando de una forma muy violenta, sus gritos expresaban su dolor y mi corazón no aguanto verlos más sufrir, por eso le dije que se detuviera de inmediato.

Capitulo 70


Hablamos por mucho tiempo sobre los encantadores. Altisidora interrumpió nuestra privacidad y entró a nuestro cuarto. Dijo que nunca había estado enamorada de mi y que todo era actuado. Me insulto, me trato de feo y muchas cosas más de las que no me quiero recordar en este momento. La verdad es que ese tipo de insultos me hieren y me causas tristeza, porque yo soy un caballero que siempre quiere hacer el bien por las otras personas. Y que alguien venga y te trate de esa forma no es para nada justo.

Capitulo 69


Llegamos y vimos que Altisidora estaba encantada. Pensé que era mi turno de desencantarla, pero estaba equivocado, el que tenía que hacerlo era Sancho. Ya no era una dama, ahora eran dos, ósea más sufrimiento y problemas para él. Sancho dejo que lo pellizcaran pero no permitió los seis alfilerazos. Vi que era un momento oportuno para pedirle que se diera unos latigazos pero Sancho se negó.

Capitulo 68


Mi sueño se vio interrumpido porque algo me decía que Sancho debía azotarse. Este se negó de nuevo y me dijo que mejor siguiera durmiendo ya que nada lo iba hacer cambiar de opinión. Un extraño y fuerte sonido se escucho a la distancia, pero no le dimos importancia. Después nos llevamos la asquerosa sorpresa que un centenar de puercos nos estaba pasando por encima. Fuimos pisoteados por muchos cerdos lo que nos dejo increíblemente sucios. Unos caballeros nos obligaron a ir a la casa de los Duques.

Capitulo 67


Sancho aun no podía comprender porque debía ser él, el que tenía que azotarse por la mujer de otro. Vi a unos pastores en un prado y de una vez se me vino la idea de ser pastor por el año que no podía ser caballero. A Sancho le pareció genial la idea. Empezamos a imaginar cómo serian nuestras vidas como pastores. De verdad serian muy graciosas y divertidas. Una aventura en la cual debía participar.

Capitulo 66


Tuve que pasar por el lugar que me derrotaron. Mis ojos se empezaron a llenar de lágrimas. Tuve sentimientos encontrados, ese lugar solo me recordaba y me hacía sentir dolor y tristeza en lo más adentro de mi corazón. Sancho estaba en contra de las armas, por eso me enoje ya que las armas no le habían hecho ningún daño. Pasaron unos días y nos encontramos a dos hombres. Uno era muy gordo comparado con el otro. Discutían algo relacionado con el peso si mal no recuerdo. Los ánimos se estaban empezando a calentar entre estos dos amigos, que me vi en la necesidad de intervenir en su discusión y proponerles una solución.

Capitulo 64 y 65


Paseaba tranquilo por la playa, mi lugar preferido ya que el gigante se encuentra a tan solo unos pocos pasos de donde camino. Donde su sonido es más relajante que la propia música de Mozart. Mi meditación y momento de paz se vio interrumpido por un caballero que se llamaba el Caballero de la Blanca Luna. Este vino a decirme que su dama era más hermosa que la mía. Como dicen coloquialmente, “le toco los huevos al toro”. No podía permitir que dijera tal estupidez, por esa razón lo rete a un duelo inmediatamente. Hicimos un trato. Pero, debo ser humilde y aceptar que fui derrotado. Parte del trato era que tenía que retirarme un año de la caballería, algo muy triste para alguien que ama ser caballero. Emprendí el viaje de vuelta al pueblo con Sancho para así cumplir mi promesa.

Capitulo 63


Fuimos a ver las galeras donde vimos como trataban a los galeotes. Apresaron a un barco, estaban dispuestos a colgar al capitán. Pero sus ímpetus se vieron detenidos cuando se dieron cuenta que el capitán era una mujer. Una mujer siempre se sale con la suya gracias a su sex appeal, eso siempre lo he dicho y lo seguiré diciendo por el resto de mi vida. Iba en busca del tesoro de su padre. Dio una rápida explicación y su vida fue perdonada.

Capitulo 62


Pasamos unos días en la casa de un caballero que nos invito. Nos enseño un árbol que hablaba, pero era viernes y los viernes ese árbol no hablaba. Salimos a dar un paseo y me lleve la grata sorpresa que ya me puedo considerar como un hombre famoso. Todo el mundo me reconocía con solo verme. Fuimos a un baile en la noche y me sentí un poco incomodo con unas muchachitas que estaban un poco alborotadas, es por eso que tuve que ponerles un alto. Lo que ellas no saben es que amo a Dulcinea y a nadie más. A la mañana siguiente fuimos a ver a ese tal árbol hablador. Le hicimos unas cuantas preguntas y este respondió. Fui a visitar una imprenta y me tope con el libro mentiros de nuevo.

Capitulo 61


Cuanto tiempo paso, cuantas aventuras, todo lo que recorrimos, caminos, personas, malhechores, ladrones, Duques, doncellas y muchas cosas más. Atravesamos todo eso y hasta el día de hoy logramos ver una de las cosas más grandiosas de este mundo, el mar. Si, una palabra tan pequeña pero que en el mundo real es inmensa y majestuosa. Parado junto a él se siente su grandeza infinita, su brisa que choca contra tu cara, el olor de la sal, y simplemente solo puedes imaginar lo que se encuentra debajo de sus aguas, ya que es algo imposible de describir.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Capitulo 60


Estábamos durmiendo y una loca idea o más bien diría un extraño impulso sucedió en mi ser. Cuando vi a Sancho tan dormido en lo único que pensé y que quería hacer era azotarlo. Por eso tome las riendas de Rocinante y lo hice. Sancho se despertó inmediatamente y me inmovilizo. En la mañana fuimos rodeados por unos bandoleros, su líder tenía el nombre de Roque Guinart. Para nuestra dicha, el bandolero había escuchado de mí y siempre me había querido conocer. Nos encontramos también con una muchacha que nos conto una larga y aburrida historia. Lo único que me intereso un poco es que se trataba de una historia de celos, pero por lo demás en lo absoluto. Después de que los bandoleros nos dejaron libres continuamos nuestro camino hacia Barcelona.

Capitulo 59


Tenía una idea y pensaba cumplirla, la cual era dejarme morir de hambre, porque estaba sumido en mis pensamientos. Le pedí a Sancho que me azotara, pero no por ser masoquista si no por la simple razón de poder desencantar a Dulcinea. Sancho se negó, porque ya había experimentado lo doloroso que esto era. Yo estaba en la capacidad para aguantar eso y hasta más por salvar al amor de mi vida. Hoy sucedió algo que nos confundió mucho. Unos caballeros estaban hablando sobre la publicación de la segunda parte de Don Quijote. Leu un pequeño párrafo del libro y no pude continuar de la cólera que me dio, al ver las mentiras que este decía. De una vez por todas cancelamos el viaje a Zaragoza.

Capitulo 58


De camino fue una experiencia muy hermosa con mi amigo Sancho. Cada día me doy cuenta lo buen amigo y escudero que este es. Nos contamos todo lo que habíamos hecho mientras estuvimos en caminos distintos. Lo cual es algo interesante porque nunca habíamos tocado ese tema. Nuestra conversación se vio interrumpida por la presencia de unos labradores que se encontraban descansando. Nos detuvimos porque algo me llamo la atención y no podía continuar sin saber que era. Resulta que era una sábana blanca que estaba cubriendo algo que me pareció muy misterioso. Al preguntar me dijeron que eran imágenes de santos caballeros que llevaban a la Iglesia. Al ser santos caballeros sabía que eso era una buena señal. Por supuesto tocamos el tema de Altisidora que era algo que no podíamos pasar por alto. Note a Sancho un poco celoso, creo que no entendía porque las damas y especialmente las más hermosas se enamoraban de mi. De camino a Zaragoza una vacada nos arrollo y nos mando a comer tierra.

Capitulo 57


Ya se acercaba nuestra hora de partir, como toda despedida sabía que iba a ser muy triste y difícil. Pero para mi sorpresa y la de todos, no solo iba a ser difícil para mí si no para alguien que mi memoria ya tenía en el olvido, pero el recuerdo reapareció cuando Altisidora fue un obstáculo que no me dejaba irme, ya que como caballero que soy debo ser respetuoso, escuchar y ver con atención cuando alguien efectúa un espectáculo y con mas razón aun cuando ese espectáculo va dedicado a mi persona. Pues así fue, Altisidora me dedico un romance, en el decía lo mucho que estaba enamorada de mi y que no podía creer que yo me fuera sin darle aunque sea una pizca de amor. Algo que nunca iba a pasar ya que yo estoy completamente enamorado de Dulcinea y ninguna otra mujer en este mundo me haría sentir lo que ella me hace sentir a mí.