
Hoy justo después de que el hombre terminara su relata llego a la venta un coche. Desde que lo vi supuse que tenía que ser se alguien poderoso. Nunca llegaría a tener la fama que yo voy a tener en pocos años, pero por lo menos tiene que ser un hombre conocido. Su nombre era Oidor y venía acompañado nada más y nada menos que por una hermosa doncella de dieciséis años. Era preciosa, el pelo fue lo que más me cautivo. Pero me tuve que controlar porque un amor me estaba esperando. Intente actuar lo más normal posible, y no demostrarle ningún signo de debilidad hacia esas dos personas. El cautivo se quedo asombrado cuando vio al hombre y a la joven. Se empezó a poner pálido y no hablaba. Después hablo y me di cuenta que ese hombre era su hermano y que la bella mujer era su hermana. Y que bella hermana tenía ese hombre. Después Oidor y su hija se fueron a Sevilla y entando allí iban a avisar para que asistieran al bautizo y a las bodas de su hija. Todos se fueron a la cama menos yo. Tome esa decisión porque debía de hacer guardia al castillo para que nadie se acercara a hacerle algo mal al castillo. Eso era lo que decía mi corazón. Justo antes de que amaneciera escuche a un mozo que cantaba. Su voz era espectacular, encantaba a todo aquel que lo escuchara. Me alegro la mañana. Lo escuche en silencio y con mucha tranquilidad.
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