sábado, 5 de junio de 2010

Capitulo 28


Ayer tampoco llego Sancho. Hasta temía entrar en una depresión sebera. Pero era un caballero excelentemente preparado, y sabia que eso no me sucedería jamás. Camine un poco y vi como unas piedras muy bonitas pero extrañas a la vez. Justo en medio de estas había una carta. No se entendía muy bien y estaba muy sucia. Agudice mi vista, y por supuesto use un poco mi sentido común para lograr descifrar que contenía esa carta tan extraña. No debería de tener tanto tiempo allí porque aun se podían entender algunas palabras perfecta mente. Como: “Cardenio”. Empecé a leer esa extraña carta y de lo poco que logre entender fue que un hombre llamado Don Fernando iba a casarse con Luscinda pero, justo en el momento de la boda se desmayo y que había una carta en su vestido que decía que ella en realidad amaba a Cardenio, y que había aceptado casarse con Don Fernando para no desobedecer a sus padres y que se quería matar si no la dejaban estar con Cardenio. Esto se confirmo porque había una daga en el vestido de Luscinda. Don Fernando intento matar a Luscinda porque estaba muy molesto pero los invitados a la boda no lo permitieron. A los pocos días Fernando salió de la ciudad si dejar rastro alguno al igual que Luscinda. Al final de esta carta había una firma, seguramente de la persona que escribió esta carta que decía un nombre que no lo lograba entender muy bien pero era algo como “Dorotea”. La leí un par de veces más. Me interese mucho y empecé a imaginar cómo se pudo sentir Don Fernando en el momento que leyó esa carta, los celos tuvieron que matarlo a donde fuera, y seguramente hasta el día de hoy piensa en ese momento tan humillante.

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