sábado, 11 de septiembre de 2010

Capitulo 50


Hasta llegue a centrarle el discurso del caballero del Lago. Es una historia hermosísima y muy especial para mí. Siempre que la cuento, que son pocas las veces la cuento lo mejor que puedo. Describo el paisaje hasta más no poder. Y termino diciendo lo que todo buen caballero termina siendo, una gran persona y un gran hombre. Después de contar esa bella historia se vino a mi mente la recompensa. Las recompensas siempre me han llamado la atención. Hable con sancho sobre ella y le dije que cuando acabara la aventura la tendríamos en nuestras manos. Sancho tenía miedo cuando le hable sobre la recompensa porque no sabía si iba a poder manejar bien tantísimo dinero. Por el camino nos topamos a un pastor con su cabra. Nos empezó a contar una historia que no recuerdo muy bien sobre que era. Mi mente estaba en la recompensa en ese momento. Ya me estaba imaginando que iba a hacer con ella. Tal vez comprar un terreno y hacer ahí mi casa para pasar los últimos años de mi vida. O simplemente darle a todo aquel que la necesite. Solo eran pensamiento, pero no sé si cuando la tenga en mis manos mi opinión va a cambiar.

Capitulo 49


Hable un buen rato con Sancho sobre lo que él me había dicho. No estaba muy seguro si era cierto lo que él me estaba diciendo. La verdad es que yo a Sancho no le creo mucho, porque él esta medio loco. Al final, como la vez pasada no seguí los consejos de Sancho. El me decía que yo no estaba encantado, pero como no lo iba a estar si estaba metido en una jaula. Era obvio que si estaba encantado. Estábamos cansadísimos del viaje. Estaba deseando parar para descansar. Por fin decidieron parar para descansar. Sancho les pedio a los enmascarados que me dejaran salir a dar una vuelta. Tenía mi trasero completamente cuadrado. Me dolía la cabeza la espalda y mi trasero por supuesto. Cuando estaba afuera uno de los hombres me empezó a decir tonterías de los libros de caballería. Que eran cuentos sin sentido. Con mucha tranquilidad y sin enojarme para nada. La verdad pensándolo bien no sé porque no me enoje. Seguramente estaba muy cansado como para enojarme. Le explique y le di mis argumentos para que ese hombre dejara de decir esas cosas sobre lo más sagrado para mí, los libros de caballería.

Capitulo 48


Hablaron por un largo rato. Yo tenía mucho sueño en ese momento. No preste atención a lo que estaban hablando. Los temas que se me vinieron a la cabeza fueron que tal vez estuvieran hablando de alguna bella dama, o tal vez el enmascarado le estaba preguntando al jinete cosas de su caballo. Por cierto parcia un caballo de muy buena clase. No supera a Rocinante, porque Rocinante tiene demasiado porte. En este momento no recuerdo donde conseguí a Rocinante, pero lo que sí recuerdo es que tuvo que ser en una exposición de caballos de gran calidad. Dudo mucho que otro caballero tenga un caballo de la calidad de Rocinante. Mientras yo me imaginaba a mi hermosísimo caballo, sancho me hablaba y me hablaba en esos momento mis oídos estaban en un estado de sordedad. Mi mente estaba con Rocinante y no con Sancho. Cuando deje de pensar en Rocinante, Sancho me dijo que estaban diciendo cosas muy malas de los caballeros. Especialmente el jinete solo hablar basura. Y esa puede ser la cosa que mas cólera me da. Porque como caballero que soy, se lo que soy. Y cuando alguien dice cosas que no son ciertas despiertan mi ira. Me llamo la atención porque ya no me sentía muy cómodo. No me engañan fácilmente, pero sentía que estaba siendo engañado. Le dije a Sancho que investigara bien porque no quería volver a mi casa sin terminar mis aventuras.

Capitulo 47


La aventura comenzó. La jaula no era muy cómoda para mi gusto, pero como caballero que soy, me puedo adaptar a las circunstancias. El camino por donde íbamos era rocoso y en unos tramos muy difícil de transitar. De vez en cuando me llevaba un culazo, o en uno de los brincos chocaba mi cabeza contra uno de los barrotes. Tenía muchas ganas de ir al baño y obligué a que detuvieran la jaula para poder orinar en uno de los matorrales que había por el camino. Una vez que termine de orinar mi cuerpo se sintió completamente rejuvenecido. Sentí un alivio total en todo mi cuerpo. Después de un rato, como siempre sancho comenzó a sentirse un poco mareado. Lo vi en la cara, la tenia totalmente pálida. Le pregunte que si se sentía bien y lo único que hizo fue hacerme la señal de “No” con su dedo. Pasaron cinco minutos y Sancho parecía una catarata. Vomito absolutamente todo lo que se encontraba en su cuerpo. Justo después de la vomitada se veía hasta más delgado. Presupuesto siempre con la misma panza de embarazado, pero un poco reducida. Todo volvió a la normalidad. Sancho se sintió mucho mejor, y yo iba bien. Ya me estaba empezando a doler mucho el trasero. En eso se acerco un buen grupo de jinetes. Si mal no recuerdo erra un grupo de seis o siete jinetes. Uno de ellos pregunto por qué iba en la jaula y muy cordialmente le explique el porqué de un caballero metido en una jaula. Terminada mi explicación el jinete se aparto y le dijo algunas palabras a uno de los enmascarados.

Capitulo 46


Al final de cuentas no me apresaron porque se dieron cuenta que era un caballero de muchísimo respeto. Y si me hubiera apresado, sería el error más grande cometido en toda la historia. Esos pobres hombres, nunca hubieran sido perdonados por mi pueblo y mi gente. Tenía pendiente una aventura con Micomicona. Estaba muy emocionado, tenía muchísimas ganas de vivir una nueva aventura. Sancho me ayudo con Rocinante. Y me sentía en perfecto estado para enfrentar cualquier desafío. Sancho me conto una noticia que para serte sincero, me decepcionó mucho. Sancho vio a la Reina Micomicona haciendo cositas con un tal Fernando no dignas de una Reina. No me puse celoso para nada pero soy un caballero con mucho honor y cuando pasan ese tipo de situaciones con una Reina me decepciono. Pero lo pensé bien y una Reina como ella no puede ser capaz de hacer algo como eso que Sancho me estaba diciendo. Lo puse en una balanza en mi mente. Creerle a Sancho un hombre que estaba medio loco o creerle a una Reina digna de respetar. Me tomo unos segundos en tomar la decisión. La decisión final fue creerle a la Reina. Tuve que regañar fuertemente a Sancho. Porque me molesta mucho cuando alguien dice falsedades de otra persona. Estoy casi seguro que la reina solamente estaba hablando con Don Fernando. Pero para los ojos de Sancho estaban haciendo cochinaditas. Hice a Sancho disculparse con ella. Hoy sucedió algo bastante extraño- estaba en mi habitación con Sancho y entraron sin tocar la puerta, que para mi gusto es una gran falta de respeto. Unos hombres que tenían unas mascaras y nos dijeron que nos teníamos que meter en una jaula. Al principio no me pareció para nada la idea. Tenía la espada junto a mí, y estaba listo para luchar. Pero justo cuando iba a luchar uno de los hombres dijo que venían en nombre de la Reina Micomicona. Justo en ese momento cambie de opinión y estaba totalmente de acuerdo en entrar a la jaula. Sancho me siguió, porque la re compensa estaba en juego.

Capitulo 45


Hoy hubo una gran discusión. Todo fue a causa de una tontería. Ni le tome importancia a la situación. Por dos razones muy sencillas. Primero que todo porque no estaban hablando de caballeros, ni nada relacionado con ello. Y segundo que todo, porque no estaban hablando nada relacionado con Dulcinea. Cuando no hablan de caballeros o sobre Dulcinea mis oídos se tornan sordos. Lo único que se, es que el cura pago ocho reales al barbero. Unos hombres, seguramente se creían caballeros. Y me molestaron mucho porque me estaban viendo de una forma bastante desagradable. No sentí temor ni nada por el estilo, solo que me pareció extraño que me vieran de esa forma. Después entre en razón, del porque esos hombres me estaban viendo de esa forma. Me odiaban porque hace mucho tiempo yo había liberado a unos ladrones. No sé que habrá pasado con ellos pero por la forma en que me veían, era que yo les había causado un gran lio. Son de los errores que me arrepi8ento. No tengo ni la menor idea en que estaba pensando en ese momento. Fue hace muchísimo tiempo, no logro entender como esos hombres me reconocen y se acuerdan de mi. Después sucedió el colmo, uno de ellos me arresto. Nunca en mi vida de caballero me había sucedido un hecho así. Por esa razón me enoje demasiado. Una vez que estaba liberado, le dije hasta de lo que se iba a morir. Como me iban a apresar por hacer las cosas que debe hacer un caballero.