
Hoy escuche algunos gritos. Hace tiempo no escuchaba esa clase de gritos. La última vez fue cuando me estaban regañando por mi decisión de hacerme caballero. No estoy seguro a quien estaban regañando, pero supuse que era a Sancho porque era el único que faltaba en venir a visitarme. Y por lo visto mi Ama y mi sobrina no le tienen tanto aprecio que digamos. Siempre han acusado a Sancho y lo han visto como el culpable de mis ideas. Pegue un grito y pedí que dejaran entrar a la persona que estaba del otro lado de la puerta. No estaba equivocado, era Sancho. Lo primero que le pregunte fue la opinión del pueblo por las hazañas que habíamos efectuado. Me dijo algo que no me alegro mucho, lo que el pueblo decía era que yo estaba loco y que mi amigo Sancho era un mentecato. Soy caballero y sé muy bien que esos chismes y rumores siempre van a existir. Y lo único que causa que las personas digan tal cosa es por la gran envidia que me tienen. Sancho me dio también una noticia que me quito la amargura. Me conto que un tal Bartolomé le había contado que vio impresa la historia de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Sin pensarlo mucho mande a Sancho en busca de ese tal Bartolomé para que me contara bien y detalladamente.
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